martes, 29 de marzo de 2011

Azares Domésticos


Como en todo joven matrimonio, de vez en cuando tenemos accidentes.
Como el viejo episodio de las hamburguesas podridas o como aquellas dos veces en que perdimos las llaves de casa y a falta de un segundo juego (ya perdido con anterioridad) tuvimos que cambiar la cerradura de la puerta para poder entrar.
En este mes ya nos han ocurrido dos accidentes domésticos, muy inocentes por lo demás...
El primero fue un descuido muy tonto: Perdimos las llaves de la casa. Lo que podríamos decir que se ha convertido en nuestro sello de pareja ya que no contentos con haberlas perdido en esas oportunidades que comentaba, le podemos sumar a esto aquella vez en que nuestro amigo Cristian, poseedor de una fuerza sobrehumana, forzó la chapa de la casa roja de Valpo dejando el cacho de la llave metido en la cerradura... esa vez también tuvimos que llamar al cerrajero, que luego de un tiempo se convirtió en casi nuestro amigo, ya que volvió a ir a casa un día en que Jose, siguiendo los pasos de Cristian, quebró la llave dentro de la cerradura, pero esta vez del portón de entrada del edificio...
Pero más allá del casi jocoso tema recurrente de las putas llaves, el domingo pasado si que tuvimos un accidente de consecuencias funestas...
El día sábado Jose despertó con ganas de comer empanadas fritas... y ya se pueden imaginar lo que pasó cuando llegó el momento de freírlas e hice mi triunfal aparición en esta historia. No contenta de machar con aceite mi bello vestido de Ropa del Alma le quemé a Jose su cuello. Lo dejé igualito a don Miguel ese de las cajetillas de cigarro, con un bello circulo color rojizo en el centro de su cojotito, marcando así para siempre el funesto destino de Jose... si, es verdad, ya no podrá ser Mister Chile.
Ahora cada vez que lo miro no puedo desviar mi mirada de ese círculo, rememorando una y otra vez el recuerdo de ese fatal día y pensando con nostalgia en lo que era cuando no estaba... ha! que buenos tiempos aquellos.
En este caso confiaremos en la sabiduría curativa de la fitoterapia del nuevo sensei del Jose, que no es Manu, sino un chino que conoció en una charla y ahora ama. Veremos si es posible que una buena mezcla de cabezas de ajo en conjunto con una pizca de ojo de buey, salve a mi marido y borre para siempre el recuerdo de esas empanadas.
Lo siento Nanito... de verdad.

3 comentarios:

  1. MELISSA!!! Me reí como una hora con este post, entre los recuerdos de las llaves destructivas (que yo creo que solo hacian eso para hacerme lucir mal) y los del cogote rojo de Jose que ya no podrá ser Mr Chile, en el laboratorio en Chicago todos me preguntan que pasa. AJJAJAJAJJA. Pobre Jos, finalmente lo marcaste.

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  2. Cuidado chicas, Jose ya está marcado! jajaja

    Meli, eres lo máximo!

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  3. jaujauajuaja, lo marcaste con un toro de tu corral, muy bien Meli

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