miércoles, 19 de mayo de 2010

Ideas Ridículas.


Asumida en mi condición de pedazo de vaca maquillada fracasada. Acostumbrada a no ser elegida por nadie ni nada, cansada con la monotonía de pasarme semanas completas intentándolo e intentándolo, creo que hoy he perdido las expectativas y ya no siento el dolor de guata.
Lo sentí con intensidad ese día lunes. Era extraño no sentir el arrepentimiento acostumbrado el día anterior, ni los nervios matutinos, ni la intranquilidad previa a la audición a sólo pasos de entrar y presentarme…
Quizás fui demasiado sincera y natural, dije cosas que no debía decir, oculté otras que era mejor hablar y leí con una extraña cuota de verdad el texto que me pasó Jorge sobre la drogadicta más famosa de mi adolescencia, Alicia. Resultado: la mejor audición que jamás había hecho. Evaluada con excelencia por el director, quien me eligió A MI de entre todas las otras concursantes (que a mi parecer eran bastante) para representar el rol principal en la obra que lleva haciendo con algo de éxito durante los último nueve años… Entonces, fue cuando demostré lo idiota que puedo llegar a ser. Para no contarlo… Cuando recibí el mail de la esperada respuesta cometí la estupidez de contestar apresuradamente una verborrea de imbecilidades imposible de repetir. Hasta el momento no me importaba, pero no pasaron más de cinco segundo desde que apreté el enter para que me bajara la locura y me retorciera del arrepentimiento en mi cama. Supe de inmediato que no había vuelta atrás y que a mi veinticuatro años de edad me di el lujo de rechazas la única oportunidad remunerada y segura por todo el año que me han ofrecido. Si, seguro, fue una decisión estúpida.
Aun así, creo que si de cierta forma me complicó al asunto y opté por echarlo todo a perder, es por que siento que muy dentro de mi la oportunidad que espero es otra, no se cual es y hasta puede sonar a capricho… pero este mes y medio en Santiago ha sido tan interesante que se que si sigo intentándolo un poco más, llegaré al lugar donde quiero estar y entenderé por que actué de la forma que lo hice en esta oportunidad.
Solo espero no haber trazado mi destino de una forma cruel. De cualquier forma, sea la opinión que me merezca el tema y toda la vergüenza que esto me produce, el asunto termina aquí y no lo volveré a comentar.