jueves, 31 de marzo de 2011

Nostalgias Barbudas en bermudas.

Cristian me recuerda a muchas gentes...

Me recuerda a los Vikingos, me recuerda los nerds, a lo gringos con bermudas y chalas, a todos los integrantes de Village People (sobre todo al motoquero con mostacho) me recuerda a los gigantes, a Mario Bros, a don Jorge Badilla (que era el mecánico que mi madre tenía hace como cien años) a Pablo Palillo, el mítico personaje de Carrusel y claramente a Gimli, Hagrid y don Barriga...

Jose se ríe mucho de mi por que yo cada dos por tres le digo: Uy, mira ese se parece al Cristian!, mientras me pone cara de "Tu siempre con lo mismo" y me abraza con una especie de ternura y compasión (yo creo que es por que piensa que yo hasta a las tazas del baño le encuentro un cierto "aire" al personaje en cuestión) y yo me río de él por que cada cierto tiempo se agarran de las mechas (en sentido figurado) con Cristian por que el uno miró feo al otro y el otro no le contestó el Skipe... que par de pringados son!

Me acuerdo mucho de Cristian por que yo lo encuentro super pulento y bakán, sinceramente creo que lo elegiré como mi personaje favorito de la semana por que quiero y punto, además hoy he hablado con él y como que me bajó toda la nostalgia amistosa por que hace más de un año que no lo veo y lo extraño de adeveras...

Sin embargo, por ahora me conformo con verlo mutado a través de sus mil rostros haciendo cosas tan diversas conmo las hace él, por que este gigantón barbudo no solo es un desviado nerd, no no no nooo, hace cosas muy interesantes como: pintar vitrales, hacer experimentos ñoños, cuidar de su gatito, leer comics, jugar rol, hacerse las uñas, etc...

Es un buen muchachote este belludote!

Créeme que serás por siempre el culpable de que la muralla de la casa de la Naty se haya desplomado en la cuneta...

Elen sila lummen omentielmo...

Te requetecontraamo!

y te extraño también...

miércoles, 30 de marzo de 2011

Accidents Casolans.


Por alguna extraña razón, Jose se ha vuelto un adicto a los accidentes caseros...
Se quema con los encendedores y el fogón de la cocina, se pasa a llevar los dedos con los cuchillos, se pega en la pelada cada vez que intenta bajar del altillo, quiebra cada dos días vasos en la cocina, pierde las llaves a su antojo. Cada día se pone nuevos retos de fatalidades rompiendo así sus propios records día a día. Sin duda es un temerario doméstico y todo pasa un poco de él, creo que la práctica del pilates en conjunto son su sensei Chino (que ama) le han dado el poder que Jose necesitaba para finalmente triunfar en la proeza más difícil de su vida: Ganarme en lo torpe.
Sin más rodeos debo decir que Jose hoy luce fatal... no, fatal no es la palabra, luce un tanto divertido quizás, solo falta un corte en la ceja o el ojo morado para que luzca realmente fatal.
Todo ocurrió de un momento a otro: Un paso en falso en la ducha y zas! voló pedazo de boca y tal como muestra en la fotografía, ya no contento con su don miguel en el cuello ahora tiene un bigote falso color carne y un pedazo de conforsito pegado en la herida... si que se ve cool.
Y debo decir que a pesar de que ya no podrá ser Mister Chile, ahora como que tiene más sexapil, la gente se da vuelta en la calle a mirarlo y le prestan más atención a él que a mi cada vez que hemos cruzado palabra con alguien... como que no le quitan los ojos de encima.

De todas maneras desde hoy me esforzaré más y juro con mi vida que te arrebataré esa corona de tu cabeza, Jose, en esta casa hay un solo torpesito y ese no eres tú...

martes, 29 de marzo de 2011

Azares Domésticos


Como en todo joven matrimonio, de vez en cuando tenemos accidentes.
Como el viejo episodio de las hamburguesas podridas o como aquellas dos veces en que perdimos las llaves de casa y a falta de un segundo juego (ya perdido con anterioridad) tuvimos que cambiar la cerradura de la puerta para poder entrar.
En este mes ya nos han ocurrido dos accidentes domésticos, muy inocentes por lo demás...
El primero fue un descuido muy tonto: Perdimos las llaves de la casa. Lo que podríamos decir que se ha convertido en nuestro sello de pareja ya que no contentos con haberlas perdido en esas oportunidades que comentaba, le podemos sumar a esto aquella vez en que nuestro amigo Cristian, poseedor de una fuerza sobrehumana, forzó la chapa de la casa roja de Valpo dejando el cacho de la llave metido en la cerradura... esa vez también tuvimos que llamar al cerrajero, que luego de un tiempo se convirtió en casi nuestro amigo, ya que volvió a ir a casa un día en que Jose, siguiendo los pasos de Cristian, quebró la llave dentro de la cerradura, pero esta vez del portón de entrada del edificio...
Pero más allá del casi jocoso tema recurrente de las putas llaves, el domingo pasado si que tuvimos un accidente de consecuencias funestas...
El día sábado Jose despertó con ganas de comer empanadas fritas... y ya se pueden imaginar lo que pasó cuando llegó el momento de freírlas e hice mi triunfal aparición en esta historia. No contenta de machar con aceite mi bello vestido de Ropa del Alma le quemé a Jose su cuello. Lo dejé igualito a don Miguel ese de las cajetillas de cigarro, con un bello circulo color rojizo en el centro de su cojotito, marcando así para siempre el funesto destino de Jose... si, es verdad, ya no podrá ser Mister Chile.
Ahora cada vez que lo miro no puedo desviar mi mirada de ese círculo, rememorando una y otra vez el recuerdo de ese fatal día y pensando con nostalgia en lo que era cuando no estaba... ha! que buenos tiempos aquellos.
En este caso confiaremos en la sabiduría curativa de la fitoterapia del nuevo sensei del Jose, que no es Manu, sino un chino que conoció en una charla y ahora ama. Veremos si es posible que una buena mezcla de cabezas de ajo en conjunto con una pizca de ojo de buey, salve a mi marido y borre para siempre el recuerdo de esas empanadas.
Lo siento Nanito... de verdad.